Thursday, August 03, 2006
Volver
Mi penúltimo día de vacaciones lo pasé quemándome en la sierra (últimamente soy especialista en quemarme en sitios extraños), bañándome en una piscina (que nos habíamos imaginado un solitario riachuelillo) pero a tropecientos kilómetros de Madrid, que tiene más gracia (¿), y recorriendo Guadarrama en coche en plan Thelma y Louise (más una).
El último consistió en no hacer nada que supusiera hacer trabajar las neuronas: ver la tele, vegetar de formas variadas, leer un poco de una novelilla en plan Bridget Jones, colorear con mi sobrina… Lo mejor fue comprobar que me quiere mucho (¡no se quería ir! ¡se agarraba a mis piernas! ¡me miraba con cara de amor! ¡admiración, incluso!) aunque estuviera espesísima, muerta de sueño y no tuviera inspiración para jugar a nada divertido… Pero como se lo pasa bien con cualquier cosita, nos tiramos un buen rato abriendo y cerrando el armario… pobrecita, la tía que tiene que aguantar.
Llevo otros dos días ¿trabajando? y no parece que todo haya cambiado tanto. No sé si es bueno o malo…
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