Wednesday, January 31, 2007

Planetas por descubrir

La canción que canto últimamente...



Desde la plaza de armas de un lugar cualquiera,
te escribo una carta para que tú sepas
lo que ya sabías, aunque no lo dijeras.
Espero que llegue a tus manos y, que no la devuelvas.

Que pagues el rescate que abajo te indico.
Yo tampoco me explico, por qué no acudí antes a ti.
Pero nadie puede salvarme, nadie sabe lo que sabes,
y tampoco entregarían lo que vale mi rescate.

No hay dinero, ni castillos,
ni avales, ni talonarios,
no hay en este mundo, -aunque parezca absurdo-,
ni en planetas por descubrir, lo que aquí te pido.

Y no te obligo a nada que no quieras.
Las fuerzas me fallan, mis piernas no responden;
te conocen, pero no llegan a ti.
Decidí por eso mismo, un mecanismo de defensa.

Presa como está mi alma, con la calma suficiente,
ser más fuerte, y enfrentarme cuanto antes a la verdad,
sin dudar un segundo, lo asumo, sólo tú puedes pagar el rescate.

Devuélveme el amor que me arrebataste,
o entrégaselo, lo mismo me da, al abajo firmante;
pues no hay en este mundo, -aunque parezca absurdo-,
ni en planetas por descubrir, lo que aquí te pido.

Y no te obligo a nada que no quieras.
Las fuerzas me fallan, mis piernas no responden,
te conocen, pero no llegan a ti.
El rescate - Enrique Bunbury

Monday, January 22, 2007

Teresa



"Él le susurraba al oído historias que inventaba para ella, cosas sin sentido, palabras que repetía monótonamente, consoladoras o chistosas. Aquellas palabras se convertían en visiones confusas que la transportaban hasta el primer sueño. Tenía el sueño de ella totalmente en su poder (...). Cuando dormían, se aferraba a él como la primera noche: se cogía con fuerza de su muñeca, de su dedo, de su tobillo. Si quería alejarse sin despertarla, debía utilizar algún truco..."

Thursday, January 18, 2007

La vida del estudiante


Aproximadamente dos meses al año vuelvo a ser estudiante. Bueno, me acuerdo de que sigo siendo estudiante... de que me matriculé en una carrera para cuando me harte de esto y me meta a ratón de biblioteca y a sumergirme entre libros y manuscritos. Me imagino con gafitas, rodeada de papeles viejos, de bolis, en un archivo, leyendo historias muy antiguas. Sin tener que madrugar, trabajando por hobby porque no creo me pagaran algo, un poco fuera del mundo, sin prisas...

Hay temporadas en que me apetece adelantar un poco ese momento. A la espera de que se me pase, me quedan los libros que tengo que leer para los exámenes de febrero y disfrutar de una curiosa sensación que sólo siento en época de estudiar y que echaba de menos después de empezar a trabajar... Esos planes maravillosos que se te ocurren cuando levantas la vista del libro, esa película que tienes que ver, esos amigos con los que quieres quedar, todo lo que hay que hacer en cuanto pasen los exámenes, las ganas de disfrutar de cada minuto que se quedará libre tras el último esfuerzo... También ese estructurar el tiempo en forma de cuatrimestres y de notas y de fechas de entrega de trabajos. Delante del ordenador, los meses son todos iguales.

Wednesday, January 17, 2007

Música entre horas

Desde el 6 de enero soy una viajera de metro más con casquitos en las orejas. He caído en la fiebre de los mp3, yo, que hasta hace nada tenía un walkman siempre sin pilas. Yo, que hasta ahora miraba con escepticismo a los que cargados con sus ipod cerraban los ojos, cantaban, te obligaban a escuchar lo que ellos escuchaban, se enredaban en sus cables al intentar bajar la música... Ya soy una más y voy, como ellos, aislada del resto de compañeros de hora punta. Lástima que siga viendo las malas caras. Aunque tampoco criticaré mucho, yo también la llevo a esas horas.



Tras algunos problemillas con un mp3 muy mono pero que se niega a funcionar si no le conectas a un programa que hay que bajarse de internet, me lo llené con la poquita música que tengo en el trabajo con el único ordenador que de momento ha querido llevarse bien con el programilla obligatorio. Así que empecé a subir y bajar escaleras mecánicas al ritmo de Fito y los Fitipaldis y El Último de la Fila. Al ritmo de "todo me queda grande para no estar contigo..." o "...sonríes en mis manos". Y me va cambiando el humor según el disco que escucho, aunque sea música que tenía un poco abandonada pero que me sigue recordando muchas cosas. Así que ya parezco una loca, como el resto, cuando no puedo evitar caminar hacia el trabajo tatareando una canción especialmente importante...

Friday, January 05, 2007

Serpentinas en el pelo

Con la intención de ser originales, mis amigos y yo celebramos con un día de adelanto en Sol el año nuevo, cargados de gominolas y conguitos. Pero tras cruzarme con un amigo, ver la masa de gente que había tenido la misma idea, y encontrarme al día siguiente con personas preguntándome:"¿tú también estuviste?", ya me he dado cuenta de que la cosa ha pasado de ser una excentricidad a ser costumbre... una costumbre como recibir el año bebiéndonos el agua de los floreros en algún bar con fiesta organizada, colas en los baños, empujones en la barra, chicos con corbata, chicas con lentejuelas, serpentinas tiradas con saña...



La noche también acabó como siempre, con frío, con pies doloridos, con rímel corrido, con gente que se pierde, sin churros y con los últimos coletazos de lo que pasó o pudo haber pasado en la fiesta. Uhmmmm... ahora empiezo un año con la intención de que cambien cosas, de que mejoren algunas y de que se mantengan muchas. Unas más ambiciosas que otras (memorable la felicitación de la Oficina de la Vivienda: "Esperamos que todos sus deseos y expectativas se cumplan"). Espero que ellos me ayuden algo... de momento me conformaré con los regalos de Reyes... que paséis un Feliz Año y lo disfrutéis también conmigo.