Monday, July 05, 2010

Vuelta con libros bajo el brazo

Escribir encima de una foto de la tarta de cumpleaños de hace más de un año es algo extraño... pero después de un tiempo en que lo creía totalmente abandonado, me apetecía volver a escribir. Hace muchos meses, colgué por aquí la dedicatoria de Mario Vargas Llosa a uno de sus libros, que me firmó en el Retiro (mientras yo le miraba embobada y poco después de que me hubiera dado la mano...) Este año, la historia se repitió con Javier Marías.

Para mí, el encanto de la Feria del Libro es, además de tener la excusa para comprar unos cuantos sin sentirse demasiado culpable, conseguir que un escritor, al que has leído y con suerte admires te mire a los ojos unos segundillos. Así que me emocioné cuando vi que Marías estaba en una de las casetas firmando toda su obra, que es mucha. Aparte de algunos de sus artículos, sólo había leído de él Todas las almas. Me encantó. Claramente autobiográfico, aunque reniegue un poco de ello, habla de un año pasado en Oxford como profesor de español. Utiliza la primera persona y escribe como si pensara, con saltos en el tiempo, reflexiones más o menos largas... Habla de lo extraño que es estar fuera de casa, de las relaciones que inevitablemente se tienen allí, con más intensidad por la lejanía, de estar solo. Yo, claro, me acordé de Leipzig. El libro me pareció perfecto. Y me acerqué hasta él en busca de alguno de sus libros más conocidos y, supuestamente, aún mejores.

Me vine con Corazón tan blanco, dedicado. Y ahora estoy con él, disfrutándolo, pero menos de lo que creía. Marías vuelve a recurrir a la primera persona, aunque en este caso parece claro que no habla de sí mismo. Y, de nuevo, hay reflexiones dispersas, saltos en el tiempo... el argumento no avanza, pero no se trata de algo tan justificado como en Todas las almas. Como le ocurre a algún otro escritor español, Marías escribe muy bien, a veces increíblemente bien, pero parece regodearse en ello: a veces, encuentra un motivo, un hilo, que le hace detenerse páginas y páginas. No son, ni mucho menos, malas. Se disfrutan muchísimo. Pero el argumento y el objetivo del libro se pierde. En Todas las almas, estaba totalmente justificado. Parecía lógico que el protagonista, cuyo nombre nunca llega a conocerse, se detuviera tanto en hacer reflexiones dispersas. Precisamente eso era lo que tenía: tiempo. Y lo llenaba deteniéndose a pensar en el sentido de su vida detenida, por un año, en una ciudad desconocida, llena de historia y de personajes y relaciones "temporales". Ahora, Juan Ranz me parece un calco de ese otro yo de Marías, y echo de menos algo que justifique esas páginas y páginas bellísimas pero que parecen no conducir a nada...

Aún estoy en ello y puede que termine cambiando de opinión. Marías, en todo caso, me parece lo mejor, sin duda, que tenemos ahora mismo en España. Quizás el problema sea mío, porque en la Feria me compré también un libro que llevaba mucho tiempo deseando leer: El mundo de ayer. Zweig habla de sí mismo y por ello, de forma más justificada, utiliza la primera persona. Pero la vida que cuenta sólo tiene la función de vertebrar un retrato de lo que era Europa antes de las dos guerras. Tuvo unas vivencias tan maravillosas que por sí mismas darían para un libro. Y habla, por supuesto, de ellas y de sí mismo. Pero la acción avanza cuando tiene que hacerlo, es generoso al reconocer, de forma entusiasta, el talento de los muchos genios que tuvo la suerte de conocer. Es un libro redondo, que debería ser obligatorio. Una obra de arte. Quizás por eso es inevitable que empequeñezca al siguiente.

Thursday, April 16, 2009

Semana con tarta y algún regalo...

Tenían que haber sido muchas velas, pero al final sólo hubo dos... soplar fue mucho más fácil

Saturday, April 11, 2009

Nick Cave, redescubierto gracias a un bar y una canción

Otra vez, una canción: es de esos cantantes que me gustan a mí... con voz muy grave, música triste, letras que dicen algo... Uno de mis últimos descubrimientos, como siempre, con retraso.



And no more shall we part
It will no longer be necessary
And no more will I say, dear heart
I am alone and she has left me
And no more shall we part
The contracts are drawn up, the ring is locked upon the finger
And never again will my letters start
Sadly, or in the depths of winter
And no more shall we part
All the hatchets have been buried now
And all of birds will sing to your
beautiful heart
Upon the bough
And no more shall we part
Your chain of command has been silenced now
And all of those birds would've sung to your beautiful heart
Anyhow
Lord, stay by me
Don't go down
I will never be free
If I'm not free now
Lord, stay by me
Don't go down
I never was free
What are you talking about?
For no more shall we part
And no more shall we part

Tuesday, April 07, 2009

Mañana con sueño

Esta mañana casi no me levanto... como casi siempre. Por fin me he decidido y me he ido corriendo al metro. Muy deprisa. Pero no tanto como para que no me diera tiempo a escuchar parte de una conversación a la entrada: "¿Y el chico que estaba siempre aquí?", preguntó una mujer. "¡Le echaron!", contestó la repartidora del 20 Minutos. Más información, con dos palabras, imposible... Mientras bajaba las escaleras me acordé del chico en cuestión, el repartidor de la otra esquina de la boca de metro, del Qué!, creo. Simpático, yo jamás le cogí el periódico, pero con muchos de los que sí lo hacían tenía cierta relación, algo más que darse los buenos días. Me quedé pensando. En el trasbordo, en uno de los pasillos, había un chico, un inmigrante, tocando la guitarra, con un cartel delante. Ponía "Soy panadero. Busco trabajo". Después llegó al metro. Y yo, con unas cuantas decenas de personas más (no muchas, es Semana Santa), llegamos al nuestro, a la oficina. Algo está cambiando, y cada vez se nota más alrededor.

Friday, January 23, 2009

Una foto desde la ventana



No, no es la foto prometida, pero es lo que se ve desde la ventana de la casa donde aún me sigo sintiendo más a gusto... lo que se veía, porque está tomada el día de la famosa nevada en Madrid, el único día que de verdad ha nevado en todo el invierno. Una excusa para volver!

Monday, June 09, 2008

Oficina con vistas

Hace sólo un mes hablaba de cambios y, al final, han venido sin que yo haya necesitado hacer nada. Cambios a mejor, aunque a veces cuesten. Aprovechar mejor el tiempo, repartirlo entre más gente, disfrutar de otra manera mis extraños días libres... Yo sigo haciendo lo mismo, pero ahora con una persona menos al lado y desde las alturas. La oficina está ahora a más de diez plantas del suelo, y desde la mesa se ve dónde termina Madrid, que ya es decir. Sólo hace falta levantar la vista e inclinarla un poco a la derecha. La luz que sale cuando deja de llover (esto parece Dublín!) parece que alegra un poco el día... ya no cuesta tanto trabajar en un domingo con sol, al menos lo disfrutamos un poquito. Sólo queda ver cómo sigue yendo todo, pero intuyo que lo más posible es que lo haga para mejor.

En breve, foto desde la ventana

Tuesday, May 13, 2008

De cómo cambiar las cosas

Hace mucho que no escribo y estaba pensando por qué, si porque no hay nada que decir o porque sí hay y no me apetece, si porque me he cansado de tener esto o porque a veces no sé cómo contarlo... Creo que me he decidido a poner algo porque vuelve la época de exámenes, es decir, la de tener más ganas que nunca de ordenar la habitación, leer revistas absurdas, hacer planes maravillosos, etc etc.

Todo parece (sólo parece) que sigue igual, aparte de viajes que no pude y sí pude hacer, del buen tiempo, del regalo que todavía sobrevive y con el que ahora comparto mi nueva casa (bueno, ya no tan nueva, pero cada vez más mía) y de que las cosas parecen más fáciles. De vez en cuando me da por pensar y por querer hacer algo distinto. De momento, me pasa sólo algunas veces.